Descripción:
La magnífica película de Antonio Serrano no descubre ninguna faceta de la vida de Miguel Hidalgo ignorada por los historiadores, pero el personaje convence de tal suerte al espectador como para hacerle pensar: así debió ser el caudillo insurgente. ¿Pues por qué había de eternizarse una imagen equívoca de Miguel Hidalgo como cura solemne, anciano venerable (a pesar de sus escasos cincuenta y siete años en 1810), temeroso de Dios y del Demonio, casto, encerrado en la sacristía...?