Descripción:
La modernidad filosófica centraliza la cuestión de la identidad en el propio ser humano. La reflexión cartesiana origina el análisis del sujeto racional que se busca a sí mismo encontrándose finalmente como dato primario en forma de sustancia pensante. La especulación sobre tal sustancia identitaria se asocia así con el sentido del “yo” o self que Hume (1711-1776) disuelve en su análisis como una ficción necesaria, otorgándole a ese sentido de unidad y permanencia el carácter de una ilusión práctica que sintetiza la experiencia de las percepciones y da una sensación de continuidad en la vida misma del individuo.