Descripción:
Fragmento… mire, padre... yo nomás ’ai se la dejo, ya usted sabrá qué hace o no hace con ella, pero, eso sí, le digo una cosa: ya sé bien que esos cabrones vienen a su iglesia, y si me siguen chingando la madre, al que le va a ir mal es a usted. Está bueno, mire que sólo porque usted lo dice, voy a cuidar mis hablados, porque después de todo, pues sí viene siendo la casa de Dios, aunque allá cuando era yo morrillo me decían que ahí donde está Dios, muy cerquita anda el Diablo.