Descripción:
Fragmento:Tras el desafortunado deceso de la primera enana del circo, octogenaria ya, los ánimos se resintieron un poco. El diario trajín se volvía monótono sin la melodiosa voz de Carmen, quien a pesar de su talla, había sido la dueña de un registro vocal que cualquier melómano hubiera querido agregar a su fonoteca personal. Hasta en los animales se notó la ausencia: las jirafas caminaban torpemente, los monos se sentaban taciturnos en sus jaulas y el león comenzó a portarse, nuevamente, como un temible y sanguinario felino.