Descripción:
Entre 2000 y 2007, al no contar con una figura en la Presidencia de la República, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) transitó hacia una etapa organizativa caracterizada por la lucha entre los gobernadores priístas por controlar la dirección nacional del partido. Debido a su baja institucionalización organizativa, los procesos para elegir a su dirigente nacional fueron variados y marcados por fuertes luchas internas. Esta situación se alteró en 2012, con la elección para ocupar la presidencia de México.