Descripción:
En este trabajo se considerará cómo Agamben cuestiona la manera habitual en que los estudios han afrontado la problemática de la hominización, del devenir hombre del animal. En efecto, ella ha sido abordada en términos fundamentalmente cognitivos. Pero, sostiene, dado que, como lo muestra el análisis del juramento, el funcionamiento del lenguaje implica una pístis constitutiva, el conocimiento y el lenguaje plantean necesariamente problemas éticos y políticos: hablar es un éthos, el homo sapiens es, al mismo tiempo, el homo iustus.[1] Por ello, la célebre definición foucaulteana según la cual el hombre “es un animal en cuya política está en juego su propia vida” y aquella agambeniana según la cual es “el viviente en cuya lengua está en juego su propia vida”.[1] Cf. ibid., p. 93.