Los manuscritos perdidos de Sigüenza y Góngora

Abstract

De aquel incendio del palacio virreinal acaecido en 1692, durante el "alboroto y motín de los indios de la ciudad de México", el eminente sabio criollo don Carlos de Sigüenza y Góngora pudo salvar, en arriesgada y heroica acción, documentos insustituibles para la historia del país. Lástima es que no hubiese logrado lo mismo, retando al tiempo, con su propia obra. A los casi ya tres siglos que nos separan de su muerte, su inmenso trabajo autoral y de compilación se encuentra en su mayoría desmembrado, perdido o definitivamente desaparecido. Así, una de las mejores y más extensas bibliotecas de tema prehispánico y colonial, legada a los jesuitas a la muerte de su dueño, recorrió los anaqueles de las bibliotecas de San Pedro y San Pablo, de La Profesa, de la Universidad, hasta llegar a las modernas y extranjeras bibliotecas de Bancroft, Aubin, Madrid... Durante su misterioso recorrido, miles de ojos, ambiciosos unos, extrañados o anhelantes otros, se posaron en sus manuscritos o ediciones príncipe, tratando de indagar si pertenecían o no a la biblioteca del ilustre don Carlos. Dueños de esta mirada fueron Alzate, Alamán, Ramírez, Agreda, Chavero; son algunos de los connotados buscadores de tesoros bibliográficos. A ellos se suma Elías Trabulse, acucioso investigador, quien, con la misma curiosidad maravillada por el misterio de los libros, nos ofrece en este volumen un examen detallado de la aventura que siguió esta biblioteca, desde el momento mismo de su dispersión. La historia de Trabulse completa muchos de los enigmas de este rompecabezas, al identificar obras de las cuales se desconocía su procedencia o autoría. Es la contribución empeñosa del autor para evitar que los libros, esos "vetustos testigos del pasado" se olviden en la memoria colectiva. Al mismo tiempo, nos enfrenta a uno de los más trágicos y dolorosos episodios de nuestra vida como nación: la irreparable dispersión y pérdida de su historia escrita, de sus acervos bibliográficos. Elena Ortiz Hernán