Cine e historia: puntos de encuentro. Programa Diálogos del Pensamiento 196

Abstract

La invención del cine coincidió en México con el Porfiriato, lo que convertiría a Díaz en el primer protagonista de un incipiente cine mexicano, intuyendo ya el potencial propagandístico del nuevo artilugio. Un poco más tarde con el estallido de la Revolución Mexicana, la industria fílmica hollywoodense llegaría a firmar un contrato de exclusividad con el más carismático de los caudillos revolucionarios: Pancho Villa, ícono del macho mexicano. Esto lo encumbraría en la popularidad no sólo de éste lado de la frontera, sino también del vecino país del norte, en donde recibieron con entusiasmo las escenas grabadas en pleno campo de batalla, y las cuales le produjeron ganancias que empleó para armar y abastecer a sus tropas. En una sociedad con un fuerte rezago educativo, la difusión de imágenes encontró un pueblo ávido también de entretenimiento. Así las vistas y más tarde los largometrajes pronto formaron parte de la realidad mexicana, para no irse nunca. Pero el cine, no sólo cuenta la historia, también hace historia cuando crea y recrea los personajes, cuando destaca y vanagloria a unos y deja en el anonimato a otros. ¿Qué figuras y hechos de nuestra Historia han sido retratadas en el cine? ¿El cine en México ha podido generar debate sobre ciertos actores o hechos históricos, para revalorar factores subestimados, o solamente para reproducir la historia oficial?